Nueva bajada accesible en San Luis, realizada por personas privadas de libertad

En el marco de un acuerdo entre la Intendencia de Canelones y el Instituto Nacional de Rehabilitación del Ministerio del Interior, en coordinación con el Municipio de La Floresta y el programa Aprender Siempre del Ministerio de Educación y Cultura, personas privadas de libertad realizaron una rampa accesible y el acondicionamiento de la bajada principal de San Luis.

El Director de Educación y Trabajo de la Intendencia de Canleones, Jorge Repetto, manifestó que “la reclusión no alcanza para generar rehabilitación y esto demuestra que la educación y el trabajo logran efectos positivos”. Este proyecto piloto, implementado desde agosto a diciembre, tuvo por objetivo brindar una capacitación que permita reinsertar laboralmente a las personas privadas de libertad al egreso del sistema penitenciario. La Intendencia de Canelones apoyó con la tarea logística, en coordinación con los municipios, para el correcto desarrollo de las obras.

En este sentido, Repetto comunicó que en la jornada se desarrolló “el cierre del programa Aprender Siempre, una coordinación en la que se viene trabajando desde hace cuatro meses con la idea de capacitar a las personas privadas de libertad y que ellos devuelvan de alguna forma esa capacitación hacia la comunidad”. Específicamente, en esta oportunidad, este trabajo se canalizó en la bajada principal a la playa de San Luis.

El Alcalde del Municipio de La Floresta, Néstor Erramouspe, informó que también se realizaron intervenciones en Santa Ana, Cuchilla Alta, La Floresta, San Luis y Costa Azul y que el programa “fue exitoso y realmente beneficioso para las personas privadas de libertad y para la comunidad. Mejoraron siete bajadas donde, en coordinación con la Dirección General de Gestión Ambiental, se nos permitió hacer reparaciones y bajadas que antes no existían”. Asimismo, desde el municipio se articuló la ayuda en la logística y en la coordinación del apoyo de la Liga de San Luis.

Evaluaciones positivas

Todos los actores concuerdan en lo positivo de esta experiencia y esperan que pueda replicarse en el futuro cercano. “A priori, vemos que fue una experiencia muy exitosa y que fue muy desafiante para todos. Ellos lo han disfrutado mucho, tanto en el proceso previo como en lo que fue la preparación en la Unidad, un proceso muy lindo que esperamos que sea el primero de muchos”, indicó la Coordinadora del programa Aprender Siempre de la Dirección de Cultura – MEC, Andrea Gil.

“Desde que nos planteó el MEC esta posibilidad y tomamos contacto con la población carcelaria, evaluamos la necesidad de generar alternativas que den realmente una rehabilitación. Poner el foco en la educación y en la capacitación, en la generación de trabajo con la posterior oportunidad que da esto de tener una acreditación de saberes para que cuando se reintegren a la sociedad tengan una herramienta para una salida laboral. Compensa todo eso la ejecución de un trabajo que le da una devolución a la comunidad. Es como un círculo cerrado de cosas buenas y positivas”, concluyó, por su parte, el Director Repetto.

Programa Aprender Siempre

Este programa trabaja en distintas unidades penitenciarias del Ministerio del Interior y, en el caso de la Unidad 7 de Canelones, este año se implementó una propuesta nueva. Se generó esta capacitación en carpintería, llevada adelante por dos educadores del programa y coordinada con la Intendencia de Canelones. Además, se articuló con UTU la acreditación de saberes de las personas participantes.

Testimonio

Federico Montañez es uno de los seis participantes de esta experiencia, quien agradeció la posibilidad que le brindó el programa. “Mis compañeros y yo estamos muy contentos y agradecidos por participar. No se da todos los días. No es fácil agarrar un trabajo como agarré yo o como agarraron mis compañeros”, sostuvo, y reflexionó acerca de su experiencia personal. “Me di cuenta de que a veces es bueno darle una segunda oportunidad a las cosas y simplemente no salir a delinquir porque ya está de menos salir y a los meses estar de vuelta. Si ya estamos trabajando en la cárcel, podemos salir a hacer lo mismo a la calle, a trabajar. Estuve 10 meses trabajando en la carpintería y aprendí muchas cosas, compañerismo y muchas cosas que no se aprenden en una cárcel. Pasaba por enfrente a una carpintería y salía corriendo. Nunca pensé que iba a trabajar en una carpintería y aprender lo que aprendí”, concluy