Vicepresidente de Ancap dijo que el sector productivo “ha tenido el beneficio de un costo congelado” en el gasoil, y técnico cuestionó números del gobierno.
El viernes o al inicio de la próxima semana se realizará una reunión en Torre Ejecutiva para tomar la decisión sobre el porcentaje de aumento del precio de los combustibles. Con el pedido de Ancap de una suba mayor a diez pesos para naftas y gasoil y el informe de la Unidad Reguladora de los Servicios de Energía y Agua (Ursea) sobre los precios de paridad de importación (PPI) sobre la mesa, el Ejecutivo resolverá los nuevos valores.
Lo que sí ya está definido es que habrá una suba y no se repetirá el escenario de los últimos dos meses, durante los cuales se postergó el incremento, confirmó la diaria con fuentes oficiales. De la reunión participarán el presidente, el Ministerio de Economía y Finanzas, el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) y la Oficina de Planeamiento y Presupuesto.
La idea adelantada por el gobierno —que deberá confirmarse con el anuncio— es que a partir de este mes comience a aplicarse el nuevo esquema para la fijación de tarifas, que busca reflejar el precio internacional del crudo en el valor al público. Esto implica una variación al menos bimensual de los precios al consumidor, que surgen de la PPI más un factor X que determinó el gobierno en virtud de los “sobrecostos” de Ancap.
El último informe PPI de la Ursea —el que tomará en cuenta el Ejecutivo aún no se divulgó—, correspondiente a abril, mostró un valor de la nafta súper que es 34,8% superior al que tiene hoy Ancap a la salida de la planta de refinación e incluyendo la mezcla de biocombustibles —27,2 pesos contra 20,2 pesos, siete pesos de diferencia—, mientras que el gasoil se encuentra 12,4% por encima —24,7 pesos contra 22 pesos, 2,7 pesos de diferencia—. Tomando el promedio de ambos valores se llega a una diferencia de 23,6% entre el PPI en abril y los precios vigentes.
En declaraciones a Teledía, de Canal 4, el vicepresidente de Ancap, Diego Durand, dijo que desde 2018 el gasoil no aumentó y eso implicó “una deflación de costos” para el sector productivo. “Durante todo este tiempo el productor, el granjero, han tenido el beneficio de un costo congelado, más barato en comparación con la inflación y el aumento de los costos generales”, expresó. Señaló que “Ancap ha venido soportando” esa diferencia entre el valor del crudo y el precio al público, y que “hay que reflejarla” con un ajuste.
Tanto Durand como el MIEM, cuando se informó de la postergación de la suba a inicios de mayo, mencionaron los aumentos que hubo en países vecinos en los últimos meses. Desde diciembre de 2020, Argentina aumentó 36,7% la nafta y 31,7% el gasoil, mientras que Brasil lo hizo 34% en ambos casos, reportó el gobierno. “Uruguay se ha desmarcado permitiendo una deflación de costos” para los productores y consumidores de combustible, indicó el vicepresidente de Ancap.
Sin embargo, estos números son cuestionados por el técnico agropecuario José Luis Matonte, que viene siguiendo los cambios en el mercado de combustibles. Según los cálculos que aportó a la diaria, entre diciembre y mayo el aumento en los países vecinos fue la mitad del informado por el gobierno: 14% nafta y 16% gasoil en Argentina, y 14% y 12% respectivamente en Brasil.
“Ningún país aumentó 30% como aseguró el MIEM”, publicó Matonte en Twitter. Añadió que el aumento solicitado por Ancap “no guarda relación con la realidad regional y mundial”, ya que de acuerdo a sus cálculos realizando el ajuste por PPI —en línea con el solicitado por la petrolera al Ejecutivo— el precio en Uruguay quedaría por encima del de los vecinos, especialmente en el gasoil.