El agro fue el sector más dinámico y los impactos en el turismo explican la menor actividad;
El Banco Central del Uruguay (BCU) publicó este miércoles el Informe de Cuentas Nacionales, que recoge información sobre la actividad económica del país. El producto interno bruto (PIB) mostró en el primer trimestre del año una baja de 2,8% frente al mismo período del año pasado, y una reducción de 0,5% respecto del trimestre previo. En este resultado “incidió la emergencia sanitaria asociada al covid-19, que continuó influyendo sobre la movilidad de las personas y el normal funcionamiento de los establecimientos productivos”, señala el reporte.
En la comparación desestacionalizada, que sirve para ver la evolución de la economía frente al período previo, el PIB se venía recuperando tras la brutal caída en abril-junio de 2020 por la pandemia (-10,8%): creció en el tercer trimestre 8%, mantuvo la recuperación en el último trimestre del año pasado (1,8%) y ahora volvió a caer (-0,5%).
El Centro de Investigaciones Económicas (Cinve) apuntó que este registro “supone una reversión del proceso de reactivación de la actividad insinuado en el segundo semestre de 2020”. Según sus estimaciones, la economía está 2,9% por debajo del nivel alcanzado en el primer trimestre de 2020, mientras que el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED) indicó que la actividad “se ubica 3,6% por debajo de los niveles prepandemia”.
El informe del BCU también aporta datos desde el enfoque de la demanda, observándose una contracción tanto a nivel interno como externo en el trimestre. Esto significa que el consumo cayó 2,4% –se redujo en hogares aunque creció el gasto del gobierno, por ejemplo en salud y educación– y las exportaciones disminuyeron 13,3% en el período, todo comparado con el mismo trimestre de 2020. En tanto, la inversión aumentó 10,9% y las importaciones cayeron 4,7%.
El Cinve señaló que la inversión en capital fijo creció 14,5% a impulso de “las obras asociadas a la construcción de la planta de UPM y las obras de infraestructura bajo modalidad PPP”. Alfonso Capurro, economista de CPA Ferrere, indicó que ese nivel “amortiguó la caída del PIB”, y también aclaró que la caída de las exportaciones se da “por la contracción del turismo y pese al aumento de las ventas al exterior de bienes agroindustriales”.
Esto es así porque se contabiliza el gasto de extranjeros en Uruguay como exportación de servicios, y cayó fuertemente en esta temporada respecto de las anteriores a raíz de las restricciones. Tomando sólo las exportaciones de bienes, hay un crecimiento interanual.
Distintas velocidades
Los análisis de las consultoras y analistas vía Twitter hicieron foco en los distintos desempeños de los sectores de la economía. “El desempeño sectorial sigue siendo muy dispar”, publicó Exante, y para el economista Aldo Lema la composición del PIB fue “algo diferente a lo esperado”.
Según los datos, cuatro categorías crecieron en comparación con igual período del año pasado: el agro, 10,4%; la construcción, 3,3%; las actividades de administración pública, 2,5%; y la industria manufacturera, 0,7%. De las seis categorías con caída se destacan la retracción en las actividades profesionales y de arrendamiento (-7%) –agencias de viaje, operadores turísticos–; salud, educación, actividades inmobiliarias y otros servicios (-6,9%); y los rubros comercio, alojamiento y suministro de comidas y bebidas (-6%).
El PIB “estuvo fuertemente afectado por la mala temporada turística”, indicó el CED. “El análisis sectorial confirma que la economía avanza a distintas velocidades. Mientras que los servicios más afectados por la pandemia siguen muy rezagados, algunos sectores, como el agro y la construcción, compensan parcialmente”, agregó.
Por su parte, Lema sostuvo que “en el primer trimestre fue mucho mejor a lo esperado el desempeño del agro, con una caída del comercio más cerca de 5% que de 10%, pero sorprendieron la desaceleración de la construcción y la fuerte contracción en servicios”.
Desde la arena política
Ante estos datos, el senador del Partido Nacional Gustavo Penadés señaló a la diaria que “era esperable” que hubiese una caída del PIB por “la situación que nos está tocando atravesar como consecuencia de la pandemia” y de “la caída de actividad económica a nivel nacional, regional y mundial”. “Esto tiene consecuencias, por supuesto, que debemos atender, y concentrarnos en seguir la política elaborada por el gobierno, que está asociada a una Rendición de Cuentas responsable y a un manejo muy responsable de los recursos públicos. Porque esta caída tiene consecuencias también en la tasa de ingresos y en la actividad económica del país”, sostuvo.
El senador agregó que, como consecuencia de las medidas que adoptó el gobierno para disminuir el déficit fiscal –“mantener la inflación dentro de los rangos meta” y “estimular la inversión”–, se podrá, “a mediano plazo, cambiar la tendencia y que comience a haber un relativo crecimiento del PIB”. Por último, subrayó que estos números se dieron en un contexto en que la reducción de la movilidad “fue muy importante, pero no fue la bajada de la llave general, como pretendían algunos”. “Si eso hubiese sucedido, la caída hubiera sido más importante”, finalizó.
En tanto, el economista y senador del Frente Amplio Daniel Olesker dijo a la diaria que la caída de 2,8% “es mayor a la que se había previsto”, y subrayó que al analizar la composición interna “está todo dentro de lo esperable”. Es decir, que el sector agropecuario tuvo “un crecimiento muy importante” y creció la construcción, mientras que cayó “de manera muy importante el comercio” así como los sectores de “alojamiento, alimentos y demás”, básicamente, “porque el mercado interno sigue deteriorado y los ingresos de los hogares siguen cayendo”.
“El aumento de la inversión, que es importante, dice en el documento del BCU que está asociado fundamentalmente al ferrocarril central, a las obras vinculadas a las plantas de celulosa, o sea, cosas que no tienen que ver con la política económica sino que son exógenas, ya venían de antes”, subrayó. Por lo tanto, agregó que lo que creció lo hizo “por razones naturales, porque creció su demanda externa o porque hay obras de infraestructura que ya estaban previstas”. Afirmó, asimismo, que hay “poco esfuerzo de la política económica para generar amortiguadores en los sectores que no están creciendo”.