De momentos difíciles, está probado que se aprenden cosas sencillas y quien asi no lo entienda, llevará por siempre una vida muy complicada.
Esta pandemia ha sacado a la luz una enorme cantidad de mujeres y hombres que son seres “casi inexplicables”.
Se han dado a llamar ” referentes de las ollas populares”, pero eso es lo de menos, lo que importa es lo que hacen.
Es una gigantesca lección hacia quienes tienen cargos políticos, democráticamente obtenidos, pero que hablaron mucho y ahora aturden con su silencio, salvo honrosas excepciones.
Quienes son los Referentes?
…son María, Juan, Susana, “La Matilde”, el Jorge… el Chango, La Sole, Miguel, Judith… son los que siempre piden no figurar.
¿Pero por qué lo hacen?
Porque son buenas personas! si, buenas personas y no piensen cosas raras ni filosóficas, ni adulonerías.
La gente del Pueblo se alimenta de Solidaridad, respira Fraternidad y entrega su corazón en un plato de comida calentito. ¿entienden esa sencillez?
No los van a ver en la tele o en la foto de un diario porque no tienen tiempo.
He aprendido de ellos que la papa tiene más procesos de los que conocía, a la papa hay que prepararle la tierra, hay que sembrarla, hay que cosecharla, meterlas en cajones, salir a venderlas, comprarlas, volver a venderlas, separar algunas para el referente y justo cuando te vas a ir a bañar para pensar un poco en vos mismo, la papa te mira y te pregunta ¿y? ¿acaso no me vas a pelar para la olla?
Es, sin duda, un proceso largo y laborioso, a veces solitario, a veces cansador y poco reconocido. aunque los “seres inexplicables” no te cobren ni una sonrisa.
Es un proceso que si te pones a pensar, participan en cadena, todos los estratos sociales… los dueños de las tierras con la tierra debajo de las uñas y los dueños de las tierras que solo miran y hacen cuentas, del valor de la papa y de como entierran más al de las uñas curtidas y vos… y yo…
todos, todas… pero claro, eso la papa no lo entiende y ni modo gastar tiempo en explicaciones mientras haya gurises y mamás y papás con hambre.
El hambre es la verguenza mas grande de la humanidad.
“Los inexplicables” no explican, no tienen tiempo… transitan hasta el máximo cansancio que no es solamente físico, pues además, son enormes oídos de aquellos con penas en el alma tan desesperantes como el hambre y el frío.
Hay noches que miro al cielo, observo las estrellas y vuelvo corriendo a mi mesa buscando mi lápiz y cuaderno para escribirle cosas lindas a mi compañera…
Eso no está mal, es tierno, es humano.
Ahora en las noches miro el piso duro, siento el frío de un niño, siento su hambre, siento la frustración de mamá y papá… la tristeza de la abuela y el grito callado del abuelo.
Corro también! corro mucho… pero a buscar la humildad que fortalezca mi compromiso con nuestro Pueblo y pueda aprender del amor inexplicable.