El presidente de Brasil dijo que está “completamente de acuerdo” en cuanto a “estas ideas de innovación del Mercosur” y que buscará fortalecer el multilateralismo en la región.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, está en Uruguay en el marco de su primera visita oficial, y mantuvo una reunión con el mandatario uruguayo, Luis Lacalle Pou, en la residencia presidencial de Suárez y Reyes en la mañana de este miércoles. Al finalizar el encuentro, ambos brindaron una declaración en conjunto, en la que el abordaje del Mercosur, como era de esperarse, fue protagonista. Lacalle Pou fue el primero en la declaración. Dijo que la visión de Lula y su equipo le generó “optimismo” y anunció que se creará un equipo técnico entre ambos países “para ver qué es lo que realmente queremos y necesitamos de nuestra relación con China”.
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Luego Lula comenzó su discurso agradeciendo a Lacalle por haber asistido a su asunción presidencial acompañado de los exmandatarios José Mujica y Julio María Sanguinetti, para luego recordar las relaciones que históricamente mantuvo con Uruguay a lo largo de sus primeras dos presidencias. Apuntó que tuvo una concepción que lo motivó a “tener una política generosa” con sus aliados de “menor soporte económico” en relación a Brasil, como Uruguay, pero también con el resto de los países de América del Sur, África y el Caribe.
“Me enorgullece que mientras fui presidente de la República la balanza comercial entre Brasil y Uruguay tenía un superávit para el lado uruguayo de 8.559.000.000 de dólares”, puntualizó, y remarcó que eso se dio así porque era parte de su “visión aportar para que todos los países crecieran juntos”.
Lula también dedicó parte de su alocución a resaltar los logros de sus dos primeros gobiernos y compararlos con el mandato de Jair Bolsonaro: “Vivimos el mejor período político en toda América del Sur. Ha sido la década donde se generaron más empleos, más aumentos de salarios y una década de crecimiento económico. Estamos viviendo una década diferente. Heredé un país semidestruido”, aseveró, e indicó que cuando dejó la presidencia “Brasil era la sexta economía del mundo”. En cambio, ahora, “Brasil es la décima tercera”, acotó.
“Brasil ya no padecía hambre cuando dejé la presidencia. Hoy tiene 33 millones de personas que padecen el hambre. Eso significa que casi todo lo que hicimos en términos beneficiosos para el país durante 13 años de gobierno se destruyó en siete años: tres del golpista Michel Temer y cuatro del gobierno de Bolsonaro”, continuó el mandatario. Sin embargo, afirmó que la situación descrita “es un desafío” que no lo “deja triste”, sino “un desafío que me da optimismo, me da valor, y me obliga a establecer metas”. “Por esta razón, el lema de mi gobierno es unión y reconstrucción”, aseguró.
Mercosur y multilateralismo
Lula destinó varios minutos de su discurso a la situación del Mercosur y los reclamos de Uruguay de flexibilizar el bloque y permitir la negociación bilateral, por ejemplo, con China. Dirigiéndose al presidente Lacalle Pou y a la prensa, afirmó que los reclamos en ese sentido “son más que justos. Primero, porque el papel de un presidente es defender los intereses de su país, los intereses de su economía y de su pueblo. Segundo, porque es justo querer producir más y querer vender más. Y por eso es importante una apertura para el resto del mundo”.
Asimismo, Lula dijo que Brasil está “completamente de acuerdo” en cuanto a “estas ideas de innovación del Mercosur”. “¿Qué tenemos que hacer para modernizar el Mercosur? Primero, necesitamos sentarnos para hablar con nuestros técnicos, después con nuestros ministros y finalmente con los presidentes para poder renovar lo que fuera necesario renovar”, planteó, y enfatizó en que “es urgente y necesario que el Mercosur haga un acuerdo con la Unión Europea (UE)”, sobre lo cual recordó que se discutió en sus primeras dos presidencias y “en este tercer mandato aún se discute”.
“Vamos a intensificar las discusiones con la UE y firmar este acuerdo para que podamos discutir enseguida un posible acuerdo entre China y Mercosur”, adelantó Lula, y planteó que esto último, a su entender, “es posible”, dado que Brasil tiene en China “un gran aliado comercial”. “Nos queremos sentar como Mercosur y discutir con nuestros amigos chinos un acuerdo Mercosur-China”, reafirmó.
También hizo énfasis en sus intenciones de promover el multilateralismo en la región: “volví a la presidencia de Brasil no sólo con la intención de solucionar los problemas de Brasil, vuelvo a la presidencia porque creo en el multilateralismo y quiero fortalecer el Mercosur, la Unasur, la Celac, y pelear por una nueva gobernanza mundial”, expresó. Lula argumentó esta necesidad en que “el mundo de hoy no es el mismo que el de 1945, mientras se creaban las Naciones Unidas; la geopolítica es otra, como las necesidades de la humanidad son otras”.
Específicamente, Lula resaltó los cambios en materia climática en las últimas décadas, y planteó que se deben “discutir otras matrices energéticas”, y que “espera contar con Uruguay en esta pelea por una nueva gobernanza mundial”. Asimismo, sobre esto último, consideró que es importante que haya “más países participando en el Consejo de Seguridad de la ONU y sin derecho a veto”. “Ahí la ONU será más representativa y, quién sabe, [quizá] no estaría habiendo una guerra Rusia-Ucrania si la ONU fuera más representativa”, aventuró.
Infraestructura
En la reunión también se abordaron temas más específicos vinculados a la infraestructura, como por ejemplo la intención compartida, según indicó Lula, de transformar el aeropuerto de Rivera en un aeropuerto internacional, y la construcción de un nuevo puente internacional en Yaguarón. Sobre este punto, entre risas, Lula dijo estar “avergonzado” porque recordaba haber firmado “algo con el presidente Mujica y pensé que estaba pronto, pero hoy supe que todavía ni comenzó; en la vida de un presidente pasa eso”, bromeó. Seguido, en un tono más serio, dijo que asume el compromiso de “hacer este puente, porque interesa a Brasil y a Uruguay”.
Sobre el término de su discurso, Lula subrayó que la de este miércoles “fue la primera de muchas reuniones que vamos a tener conjuntamente”, en referencia al gobierno brasilero y el uruguayo, y dijo que espera “que la próxima tenga lugar en Brasil, para que comencemos a discutir de manera más profundizada todo lo que necesitamos ajustar”.
Retomando sus vínculos estrechos con el sistema político uruguayo, Lula recordó que mantuvo “una relación muy amigable con [el expresidente] Tabaré [Vázquez] desde que fue intendente de esta ciudad [Montevideo]” y que enseguida comenzó “una relación de hermano con Mujica”, del cual añadió que va a visitar esta misma tarde.
Agregó que en la reunión le dijo al presidente Lacalle que su “relación con un jefe de Estado no pasa por un sesgo ideológico”. “Los presidentes no precisan pensar como yo pienso desde el punto de vista ideológico ni desde el punto de vista personal. Es que en una relación entre dos jefes de Estado sólo hay dos cosas que hacer: primero el respeto a la soberanía de cada país y el interés de hacer el bien para el pueblo de cada país”, reflexionó.
Luego de hacer un comentario jocoso sobre el “dolor” que aún mantiene por la derrota en el Mundial de Fútbol de 1950 y sobre la ida de “Luisito” Suárez al Gremio de Porto Alegre, Lula terminó agradeciendo la presencia de ministros y ministras de Uruguay y Brasil y anunciando que se iría a comer un asado uruguayo.