El tricolor ganó el primer clásico del profesionalismo en su escenario, donde no se jugaba desde 1929.
En la vuelta a los clásicos en el Gran Parque Central, Nacional derrotó 2-0 a Peñarol, con goles de Brian Ocampo y Camilo Cándido, y continúa como líder del Torneo Apertura.
Esperándolo a Teo
El escritor argentino Eduardo Sacheri, en su cuento “Esperándolo a Tito”, la obra con la que despegó masivamente su exquisita carrera, cuenta la historia de un partido clásico entre muchachos de barrio y un futbolista, de barrio también, pero ahora un profesional determinante en el fútbol internacional, al que esperan para jugar, y ganar, aquel partido como antes.
Fue mucho más lindo cómo llegó Tito de su competencia internacional a jugar con sus compañeros que cómo lo hicieron Brian Ocampo, Camilo Cándido, Sergio Rochet, Facundo Torres y Giovanni González a uno y otro equipo, pero sin dudas los goles de Brian Ocampo especialmente, y de Camilo Cándido, conectan con aquel magistral relato.
El partido en el que 92 años después se volvía a jugar en el Gran Parque Central pudo haber sido recordado por ese acontecimiento histórico, pero seguramente lo recordaremos por los vuelos privados, por los jugadores sin dormir, por el recelo, por la chiquita. Lo cierto es que la vuelta del clásico al lugar que, a pesar de los 92 años en que no se jugó, es el segundo escenario que más veces ha albergado el partido Nacional-Peñarol, se empezó a decidir con el impresionante gol de campito de Brian Ocampo y se reafirmó en la conquista también trascendente de Camilo Cándido.
Amanecidos
Fue pobre el comienzo del partido. Tal vez por la sensación inadvertida de andarlo parangonando con el consumo masivo y próximo del fútbol de altísima intensidad de las copas continentales. Se advertía en la simple visualización del juego, o en el análisis puntual del encuentro. A los 6’ una pelota quieta mandada por Brian Ocampo sorprendió en el punto penal a Matías Laborda, que no le pudo pegar y, contra el caño, pudo quedarse con la pelota Kevin Dawson.